¿Ayuda para Venezuela o maniobra política de Guaidó contra Maduro?: la polémica por la “avalancha humanitaria” del 23 de febrero

Y en el arsenal de este último
tienen un lugar destacado las toneladas de alimentos y medicinas que desde hace
varias semanas han empezado a acopiarse del otro lado de las fronteras del
país.
Para Guaidó -presidente de la
Asamblea Nacional a quien una cincuentena de países reconocen como presidente
encargado de Venezuela- se trata de ayuda humanitaria desesperadamente
requerida por millones de venezolanos.

En la polarizada Venezuela, los
alimentos y medicinas también sirven de armas en la batalla política.
Maduro- el ganador de unos
cuestionados comicios presidenciales celebrados en mayo del año pasado-
considera que esa ayuda es “un regalo podrido”, parte de una estrategia para
derrocarlo diseñada en Estados Unidos.
“Lo de la ayuda humanitaria es un
show, es una trampa caza bobos (…) para tratar de intervenir a Venezuela”,
sostiene el actual inquilino del Palacio de Miraflores.
Y el sucesor de Hugo Chávez
encontró esta semana un inesperado aliado en Roger Waters, cofundador de la
célebre banda de rock británica Pink Floyd.
Waters publicó un video criticando
la organización del concierto internacional Venezuela Aid Live, que tiene como
objetivo declarado recaudar fondos para la iniciativa humanitaria de Guaidó.
“La Cruz Roja y Naciones Unidas
concuerdan inequívocamente, no hay que politizar la ayuda”, destacó además el
músico a través de su cuenta de Twitter.
Pero, ¿qué dicen exactamente estas
organizaciones? ¿Responden a los principios de la ayuda humanitaria las
donaciones puestas a disposición de Guaidó?
4 principios
Según el Derecho Internacional
Humanitario, toda acción humanitaria debe regirse por cuatro principios
fundamentales: humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia.
Se trata de principios inspirados
en el trabajo de años del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR),
explícitamente recogidos en los Convenios de Ginebra de 1949, que han sido suscritos
por 196 estados (incluyendo Venezuela y EE.UU.).

La crisis ha obligado a millones de
venezolanos a abandonar su país.
“Se trata de colocar a las
personas, y sus necesidades, en el centro (de toda iniciativa humanitaria)”,
explica Patricia Rey, portavoz del CICR para las Américas.
Y ahí empieza el problema, pues sin
negar lo desesperado de la situación de millones de venezolanos, para muchos no
está claro que aliviar su sufrimiento sea el principal objetivo de la
“avalancha humanitaria” convocada para este sábado por Guaidó.
Para el analista Carlos Malamud,
por ejemplo, “sin duda estamos frente a una grave crisis humanitaria en
Venezuela y es necesario hacer llegar alimentos y medicinas a la población”.
“Pero, en el contexto en el que nos
movemos en Venezuela el trasfondo político también es claro“, le dice a BBC
Mundo el experto en temas latinoamericanos del Real instituto Elcano, un centro
de estudios internacionales y estratégicos con sede en Madrid.
Buena parte de la ayuda ha llegado
a la frontera entre Colombia y Venezuela en aviones de la Fuerza Aérea de
EE.UU.
Malamud no considera que exista
apetito para una intervención militar, “por más que Trump diga que todas las
opciones están sobre la mesa”.
Pero, en su opinión, lo de la ayuda
humanitaria también “es una forma de forzar a los militares a tomar una
decisión“.
“Yo creo que el actual contexto,
cuando Guaidó habla de ayuda humanitaria y plantea una fecha para que cruce la
frontera, lo que está tratando de hacer es crear una situación de hecho y
obligar a las fuerzas armadas a tomar partido”, sostiene.
Esa situación que parece ir en
contra del principio de neutralidad, que dice que los actores humanitarios “no
deben tomar partido en las hostilidades y en las controversias de orden
político, racial, religioso o ideológico”.

Para los expertos en ayuda
humanitaria, la que se acumula en las fronteras con Venezuela no es digna de
ese nombre.
“El problema no es si se le puede
llamar ayuda humanitaria o no. Lo peor del caso es que lo que estamos viendo en
la frontera en cierta forma va en contra de lo que significa la ayuda
humanitaria“, le dice a BBC Mundo Christina Bennett, directora del Grupo de
Políticas Humanitarias del Overseas Development Institute (ODI), un think-tank
especializado en temas de cooperación internacional y humanitarios con sede en
Londres.
Y es que si bien Bennett es la
primera en reconocer que la ayuda humanitaria siempre es política, cree que en
este caso la subordinación de las necesidades de la gente a los intereses
políticos es mucho más evidente que de costumbre.
“No es que estén proporcionando
ayuda humanitaria con fines políticos, sino que la están reteniendo por un
propósito político, que es lo más antihumanitario posible“, dice de la decisión
de Guaidó de acopiarla cerca de las fronteras venezolanas de cara al su gran
“avalancha humanitaria” del 23 de febrero..
Situación insólita
¿Tiene sentido, sin embargo, en la
actual situación de Venezuela, detenerse a sostener una discusión sobre
principios?
Los expertos en ayuda humanitaria
afirman que sí, pues para consideran que esos principios son fundamentales para
que cualquier iniciativa humanitaria sea efectiva.

Maduro parece dispuesto a hacer
todo lo posible para impedir la entrada de la ayuda.
“La neutralidad es clave, porque
nos garantiza acceso a lugares donde otros actores no lo tienen“, explica, por
ejemplo, Patricia Rey, del CICR, .
Y en lo mismo insiste Jens Laerke,
portavoz de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios
(OCHA).
“Nosotros no tomamos partido. Antes
bien, estamos dispuestos a interactuar con todas las partes involucradas en un
conflicto si eso es necesario para poder hacer llegar la ayuda”, explica
Laerke.
“Pero para eso es imperativo que se
nos vea y se nos perciba como completamente neutrales”, le insiste a BBC Mundo.
La mayor parte del tiempo, sin
embargo, lo más complicado es entrar y mantener contacto con actores no
estatales, como grupos armados, que es es algo que las organizaciones
humanitarias hacen “incluso si a los gobiernos no les gusta“, destaca Laerke.

Muchos venezolanos no reconocen la
autoridad de Maduro.
“Creo que han habido instancias en
las que no existían un gobierno reconocido internacionalmente al cual pedirle
autorización”, dice Laerke.
“Pero cuando existe un gobierno, la
ayuda internacional se rige por la resolución 182/46 de la Asamblea General de
Naciones Unidas”, agrega.
Dicha resolución manda a respetar
“la soberanía, la integridad territorial y la unidad nacional de los Estados”,
estableciendo que “la asistencia humanitaria deberá proporcionarse con el
consentimiento del país afectado y, en principio, basada en la solicitud del
país afectado”.
Y aunque numerosos países reconocen
a Guaidó como presidente encargado de Venezuela, ese consentimiento ha sido
negado por Maduro, a quien otras naciones todavía reconocen como el legítimo
mandatario, lo que ha terminado creando una situación insólita.
Seguir insistiendo
Pero, ¿qué hacer cuando un actor
importante del país rechaza la existencia de una crisis humanitaria por razones
políticas, por más que la utilidad de la asistencia sea evidente?
La ayuda incluye suplementos
alimenticios para bebés donados por USAID.
Para Malamud, por ejemplo, una
característica de los regímenes totalitarios es que “siempre son muy
refractarios a este tipo de ayuda porque deja en evidencia sus falencias y sus
errores”.
“Para ellos reconocer que es
necesaria la ayuda humanitaria es reconocer la derrota“, le dice a BBC Mundo.
Ni Laerke ni Rey, sin embargo,
quisieron opinar sobre si eso es lo que está ocurriendo en Venezuela.
Pero al ser preguntada sobre qué
hacer cuando un actor destacado se resiste a la llegada de una ayuda necesaria,
la vocera del CICR insistió en la importancia de un diálogo permanente.
“A veces unos son más complejos que
otros, pero nosotros llevamos trabajando 150 años en todo el mundo y en eso
siempre hemos sido constantes”, le dijo Rey a BBC Mundo.
“Y si el diálogo no es fructífero,
pues seguimos insistiendo“, destacó.
“Proteger lo humanitario”
Sobre el principio de imparcialidad
-la idea de que la acción humanitaria no debe hacer distinciones sobre la base
de la nacionalidad, raza, sexo, creencias religiosas, clase u opinión política-
tal vez es demasiado pronto para pronunciarse, ya que esta no se ha empezado a
distribuir.

La idea de Guaidó es que cientos de
miles de voluntarios civiles traten de hacer ingresar la ayuda.
En la declaración, se explica que
esto es para “garantizar el cumplimiento de su misión exclusivamente
humanitaria” y “de acuerdo a los Principios Fundamentales de Imparcialidad,
Neutralidad e Independencia”.
Pero el jefe de la delegación del
CICR en Colombia, Christoph Harnisch, fue todavía más allá declarando que
“nosotros no participamos en lo que no es para nosotros una ayuda humanitaria”.
Aunque, para Bennett, también está
claro que a la comunidad humanitaria le ha costado identificar su rol en la
crisis venezolana, “porque esta no es típica de a lo que estamos
acostumbrados”.
El ejército tendrá que decidir si
dejar pasar la ayuda o no.
Como explica la experta del ODI, al
no existir un conflicto armado, ni haberse producido un desastre natural, la de
Venezuela “no es técnicamente una emergencia humanitaria, en el sentido
típico”.
“Pero aquí lo que importa no es la
semántica, porque en Venezuela hay gente que pasa hambre y a la que le falta
comida, muchos se han visto a abandonar el país, así que tenemos todos los
típicos indicadores de una crisis humanitaria“, le dice a BBC Mundo.
Y en ese contexto, por los más
necesitados de los venezolanos, lo que más importa es que llegue algo de ayuda.
Y lo que menos importa es si esa
ayuda beneficia políticamente, o no, a Guaidó
o a Maduro. BBC MUNDO
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