Futuro incierto para haitianos indocumentados que viven en RD
Las autoridades dominicanas deportaron al agricultor de 35
años, junto a su esposa y sus cuatro hijos, a principios de esta semana y ahora
piensa en qué hará en Haití — un país con una pobreza extrema del que salió a
los 17 años para buscar empleo en la relativamente más prospera República
Dominicana.
“No me estoy tomando esto muy bien “, dijo el jueves a la
Associated Press en español, mientras su hija pequeña dormía en el suelo de
concreto del refugio. “Me enviaron aquí con las manos vacías. Todo lo que tengo
quedó atrás”. República Dominicana mantenía desde hace tiempo relaciones tensas
con los trabajadores migrantes como Souverin pero ahora se está convirtiendo en
un país decididamente más hostil hacia ellos.
Activistas de derechos humanos temen de decenas de miles de
personas se enfrenten la difícil situación que vive ahora Souverin en las
próximas semanas y meses dado que el gobierno dominicano prometió deportar a
quienes no tengan la nacionalidad.
Los afectados, en su mayoría procedentes de la vecina Haití o
descendientes de haitianos, podían remitir solicitudes para establecer su
residencia legal allí hasta el miércoles por la noche, cuando expiraba el
plazo. Se estima que unos 460.000 migrantes haitianos viven en República
Dominicana, que comparte el territorio de la isla la Española con Haití.
Funcionarios dijeron que casi 290.000 personas se apuntaron en el programa de
registro de inmigrantes, pero solo unos 10.000 proporcionaron los documentos
exigidos.
Muchos esperaban que las autoridades comenzasen las
deportaciones de inmediato tras el final del plazo, pero el gobierno dijo que
sería un proceso lento.
Las repatriaciones no serán “una caza de brujas”, dijo el
ministro del Interior, Ramón Fadul. “Será un proceso gradual, como debe ser,
sin sorpresas repentinas”. Pero funcionarios dominicanos advirtieron también
que la gente debería empezar a portar su documentación para demostrar que son
residentes legales y evitar la deportación en el caso de que las autoridades
les detengan.
Defensores de los inmigrantes criticaron el plan de registros
calificándolo de discriminatorio, con independencia del ritmo al que se
ejecuten las deportaciones. Funcionarios militares y agentes de inmigración
dominicanos han registrado constantemente comunidades con una alta
concentración de haitianos y detuvieron a personas en base a su aspecto, dijo
Wade McMullen, abogado del centro Robert F. Kennedy Center para la Justicia y
los Derechos Humanos en Washington. “República Dominicana se está disparando en
el pie, y esto parece estar motivado por un beneficio político en el corto
plazo”, dijo en una entrevista telefónica.
“En el largo plazo, van a darse cuenta de que no solo va a
tener un significativo impacto económico, sino que el coste humano va a ser
incluso mayor”. Una de las personas preocupadas por lo que puede pasar es Julio
Mato, un conductor de moto-taxi de 27 años que dice que nació en el país de
madre haitiana y padre dominicano.
Durante una entrevista telefónica, Mato dijo que muchas
personas que conoce temen ser deportadas, y agregó que no entiende por qué
República Dominicana quiere ahuyentar a los haitianos, que fundamentalmente
ocupan trabajos con salarios bajos, normalmente en construcción y agricultura o
como empleadas domésticas y jardineros. “Vivimos de los haitianos y los
haitianos viven de nosotros”, dijo.
Fadul se mostró sorprendido por el número de personas que
buscaba obtener la residencia legal, con decenas quejándose de haber sido
rechazados tras el fin del plazo legal a medianoche del miércoles tras hacer
fila durante más de 24 horas. “No sé por qué han llegado miles de personas en
los últimos días”, dijo destacando que los registros comenzaron hace un año.
“¿Quién los ha traído? ¿Por qué no vivieron antes?”.
El programa comenzó el pasado junio luego de que trabas
legales demoraran su inicio, previsto para 2004. Quienes no son ciudadanos
pueden obtener la residencia legal si demuestran haber llegado a República
Dominicana antes de octubre de 2011. Souverin dijo que vivía en el país desde
hacía casi dos décadas y que hace dos años obtuvo un documento oficial con
ayuda de una organización sin ánimo de lucro, pero que le fue confiscado en la
frontera a la vuelta de un breve viaje a Haití.
Acusó también a responsables escolares de incautar los
papeles de sus hijos, nacidos en República Dominicana, obligándoles a dejar la
escuela. Esta es una queja habitual entre los migrantes. “Esto no me gusta
nada”, dijo.
“¿Por qué me tratan así?” El gobierno implementó el programa
de registros en medio de críticas internacionales por la decisión de la Corte
Suprema dominicana de 2013 que decía que, según la constitución, los nacidos en
República Dominicana de padres no nacionales no estaban calificados para
obtener la nacionalidad, a menos que uno de los progenitores fuese dominicano o
tuviese la residencia legal.
El falló convirtió a miles de personas en apátridas.
Funcionarios dijeron que concederían la nacionalidad a unos 50.000 en esta
situación. Souverin es ahora uno de los casi 50 migrantes deportados que viven
en un refugio en Haití, incluyendo una mujer que amamantaba a sus bebés. El
agricultor dijo que no sabe qué hará ni como mantendrá a su familia. “No tengo
casa”, lamentó Souverin. “Perdí todos mis recursos”.
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