QUINTA Y ÚLTIMA PARTE DEL DISCURSO DEL PRESIDENTE DANILO MEDINA
Y si hablamos de infraestructuras, por
supuesto, no puedo dejar de lado un tema crucial para nuestro país, que ya
mencioné anteriormente y que necesita de una solución definitiva.
Me refiero al sector eléctrico.
Sin electricidad no hay desarrollo, es así
de sencillo.
Parece mentira, que en la segunda década
del siglo XXI tengamos que decirlo, y lo cierto es que no podemos esperar más
para encarar con voluntad definitiva este problema.
Por eso, he decidido declarar al sector
eléctrico de “Alta y Estratégica Prioridad para el Desarrollo Económico
Nacional”.
Este gobierno tiene la determinación de
trabajar en tres frentes fundamentales que requieren de una solución definitiva
para poner fin ha la siempre y eterna crisis eléctrica:
En primer lugar, las altas pérdidas en las
empresas distribuidoras, en segundo, la generación de bajo costo y por último,
pero no menos importante, la regulación e institucionalidad del sector.
Nos proponemos firmar un pacto de largo
plazo y cambiar radicalmente el esquema actual del subsidio.
En los sectores de menores ingresos
crearemos cooperativas eléctricas para la comercialización de la electricidad y
mantendremos el subsidio del Bonoluz focalizado solo para los estratos más
desposeídos y hasta un máximo de 100 kWh/mes, utilizando para ello medidores
prepago, para que los usuarios puedan comprar, al igual que lo hacen con el
celular, la cantidad de energía que requieran.
En una segunda etapa de reformas, y
siempre preservando el Estado la propiedad de las Empresas Distribuidoras,
cuando se estime necesario, concesionaremos al sector privado la actividad de
comercialización y subcontrataremos la instalación de contadores tele-medidos
y un sistema de control, que permita detectar con precisión donde se
producen las pérdidas.
Esta opción, ya está funcionando
actualmente con bastante éxito en seis circuitos con un total de 30,000
usuarios, tanto en Edenorte como en Edesur.
Paralelamente, seguiremos mejorando las
redes de distribución, dando prioridad a aquellas que se encuentran en
condiciones de alto riesgo para la población.
Seguiremos modificando la matriz
energética con el ingreso al sistema en el mediano plazo de 1,000 a 1,500
megavatios nuevos de bajo costo y de menor impacto ambiental, reduciendo la
dependencia de combustibles altamente contaminantes y con precios sumamente
volátiles.
Es tal la importancia estratégica que
adjudicamos a esta área, que crearemos el Ministerio de Energía y Minas, como
órgano encargado de la formulación, evaluación y control de las políticas
estratégicas del sector energético de nuestro país.
Comenzaremos así a resolver nuestro tema
eléctrico, con la firme decisión de sentar bases duraderas para solucionarlo definitivamente.
El siglo XXI no se detendrá por nosotros.
Así que: compatriotas, ¡manos a la obra!
En materia de medio ambiente y recursos
naturales, la meta principal será lograr que el agua sea clave para el
crecimiento sostenible y el combate a la pobreza, y que sea fuente de vida y
prosperidad.
Para esto, utilizaremos el sistema de
Gestión de Cuencas Hidrográficas como eje central en el manejo sostenible de
las tierras.
La política ambiental estará cimentada en
los siguientes programas: Agua, Biodiversidad, Bosque, Calidad de Vida Urbana,
Adaptación al Cambio Climático y Producción Más Limpia, Mercados Verdes, y
Sostenibilidad de los Procesos Productivos.
Pero también propiciaremos, a través del
Congreso, la aprobación de los anteproyectos de leyes de agua, saneamiento,
recursos forestales, biodiversidad, seguridad de la biotecnología y pago o
compensación por servicios ambientales.
Quisiera ahora, aquí en este momento,
frente a nuestros ilustres invitados, dignatarios y representantes de países hermanos,
a quienes agradezco una vez más su presencia, hablar brevemente sobre nuestras
prioridades en materia de política exterior.
Ante ellos reafirmamos nuestro compromiso
con el fortalecimiento de relaciones internacionales de respeto y beneficio
mutuo. Somos amantes de la paz y promovemos la solidaridad, la tolerancia y el
respeto a la diversidad, así como el derecho de todo pueblo a elegir y conducir
su propio destino.
Valoramos y acompañaremos los esfuerzos de
integración de América Latina, así como las alianzas y Pactos inter-regionales,
que no significan simples acuerdos económicos, sino un verdadero esfuerzo de
integración cultural y política.
Ya la historia nos está enseñando con
claridad que integración es la palabra de los tiempos presentes y futuros. Por
eso también, asumiremos y respetaremos los compromisos internacionales de
nuestro país y agradecemos la cooperación solidaria que nos brindan.
Esta etapa global de la historia humana
exige que nosotros superemos nuestra insularidad con una firme voluntad
política y sigamos, por tanto, consolidando nuestra política exterior como
herramienta clave para el desarrollo.
Nuestra política comercial, nuestra
política de atracción de inversiones turística y cultural se sentirá en todo el
mundo.
‘’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’
Como prometimos en la campaña, nuestros
recursos humanos en el servicio exterior habrán de convertirse en agentes
de oportunidades para todas las áreas enunciadas.
Esto conlleva una reestructuración del
Ministerio de Relaciones Exteriores que incluya la institucionalización,
profesionalización y racionalización del servicio exterior dominicano.
Merece especial atención para nosotros la
relación armoniosa con nuestro vecino país Haití, con quien trabajaremos de
inmediato en el inicio de la propuesta para la firma de un acuerdo de libre
comercio.
No podemos olvidar que se trata de nuestro
segundo socio comercial más importante.
En un sólo día de actividad comercial
binacional, en la frontera de República Dominicana y Haití, se movilizan más
mercancías que en todo un año de exportaciones a Centroamérica.
Por tanto, es necesario eliminar las
condiciones anárquicas de este intercambio comercial entre nuestros países,
creando puntos fronterizos modernos, seguros, y confiables.
No tengo dudas de que esta política traerá
muchos beneficios para nuestros micros, pequeños y medianos empresarios, así
como también a los trabajadores y trabajadoras haitianos y dominicanos.
En definitiva, servirá al progreso de toda nuestra querida isla.
Paralelamente, me comprometo a crear una
política migratoria clara y transparente, respetuosa de los Convenios
Internacionales suscritos por la República Dominicana en materia de Derechos
Humanos y Derechos de los migrantes y sus familiares.
Implementaremos la reglamentación de la
Ley de Migración, aprobada en el año 2012, y el Plan Nacional contra la Trata
de Personas y el Tráfico ilícito de Migrantes.
Perseguiremos sin descanso los hechos de
corrupción de funcionarios y militares responsables de aplicar las medidas migratorias
y aplicaremos todo el peso de la ley a quienes sean encontrados responsables de
trata y tráfico de personas.
Hermanos dominicanos que viven en el
exterior, pueden estar seguros, yo también seré su Presidente y velaré por sus
necesidades.
Crearemos el Instituto de los Dominicanos
en el Exterior, tal como lo prometí en campaña, para estar más cerca de las
necesidades de nuestros compatriotas residentes fuera de nuestro territorio.
Honorables asambleístas, distinguidos
invitados, pueblo dominicano,
Hemos delineado las líneas maestras de la
que será nuestra gestión de gobierno.
El grito de Capotillo resuena nuevamente
llamando a una ciudadanía activa y protagónica a la construcción de una
sociedad más justa y mejor.
No queda más que decir. Solamente
invitarlos al esfuerzo compartido que hoy iniciamos.
¡Manos a la obra, compatriotas!
Vamos a fortalecer la institucionalidad
democrática.
Vamos, juntos, a pensar a nuestro país en
grande, del tamaño de nuestros sueños como pueblo, del tamaño de la esperanza,
del tamaño de nuestras potencialidades y de nuestras capacidades.
Que el pueblo dominicano diga conmigo:
¡Manos a la obra!
Que lo expresen los grandes, medianos y
pequeños empresarios, los obreros, los profesionales, los chiriperos, los motoconchistas,
las madres y padres de familia, que lo digan los agricultores, los jóvenes, las
mujeres, todos y todas, hasta los niños, cuya tarea es estudiar, jugar y ser
felices.
¡Pongámonos todos juntos manos a la obra!
Sepan que tendrán en nosotros a un
Presidente, que pondrá en marcha las políticas de Estado que ustedes,
dominicanos y dominicanas, están esperando.
No vengo a administrar simplemente el
país, vengo a darle otro nuevo y fuerte impulso al progreso y la inclusión
social.
No voy a negociar con la mediocridad, no
voy a negociar con los deshonestos, no voy a negociar con el desgano.
El pueblo dominicano me ha dado una gran
responsabilidad.
La responsabilidad de dar respuesta al
deseo de cambio y de renovación, que late en sus corazones.
Yo no traicionaré esa aspiración. Yo, hoy
más que nunca se lo digo, en la solemnidad de este acto de juramentación, vengo
a hacer lo que nunca se ha hecho.
Dios es testigo de mi sinceridad.
Mi guía será aquella frase del Evangelio:
“Por sus frutos los conoceréis”.
Por eso, desde ahora, hablarán los hechos.
Hoy comienza el lenguaje de las
transformaciones tan esperadas y de las realizaciones concretas. Pongamos lo
mejor de nosotros para concretar los sueños y aspiraciones, no sólo de las
generaciones presentes, sino también, de las que vienen detrás.
¡Que viva la República Dominicana!
¡Que vivan los Padres de la Patria!
¡Que vivan los Restauradores!
Que la Divina Providencia nos ilumine.
¡Muchas gracias!
Comentarios
Publicar un comentario