Bangkok registra otra explosión mientras se busca al autor de la matanza
Este mediodía, otra bomba de fabricación casera, parecida a
la detonada la víspera, explotó en un embarcadero de Bangkok, en este caso sin
causar víctimas.
Un portavoz policial señaló que el artefacto fue arrojado
desde el puente de Sathorn y cayó, tras golpear en un pilar, en un canal
levantando una enorme columna de agua tras su estallido.
El incidente se produjo menos de 24 horas después de la
matanza de ayer por la explosión de una bomba en el centro urbano.
Las cámaras de seguridad captaron a un joven de pelo largo,
gafas, camiseta amarilla y que cargaba una mochila que abandonó en el popular
santuario religioso hindú y budista de Erawan.
El sospechoso se alejó a continuación del lugar con el paso
calmado y mirando la pantalla de un móvil (https-//goo.gl/kD5AYh).
Minutos más tarde, la bomba, compuesta por dinamita según las
autoridades, detonó dejando un reguero de sangre y cuerpos desmembrados.
Las víctimas mortales son, según los últimos datos oficiales
divulgados a media tarde, 6 tailandeses, 4 malasios, 3 chinos, 2 ciudadanos de
Hong Kong, 1 indonesio y 1 singapurés, además de tres cadáveres sin
identificar.
Ningún grupo ha reivindicado la autoría del ataque.
Los equipos de limpieza se afanaban a primera hora del día en
borrar las manchas de sangre que impregnaban el pavimento de la intersección de
Ratchaprasong, una de las más concurridas de la ciudad, donde se registró la
deflagración al final de la tarde, en plena hora punta.
Durante toda la noche, los equipos de investigación de la
Policía y el Ejército registraron el lugar palmo a palmo para recabar todas las
pruebas posibles y recoger restos de cuerpos humanos esparcidos. Cristales rotos, metales retorcidos,
cascotes de piedra y partes de un banco, donde supuestamente fue abandonado la
bolsa con el explosivo, aún se podía observar en la escena.
“Fue como un terremoto. Todo se movía. Al salir a la calle
nadie sabía lo que había sucedido. Nadie esperaba esto”, señaló a Efe una
dependienta de un establecimiento de moda en un lujoso centro comercial anexo
al lugar del incidente.
Alrededor de las 12.00 hora local (5.00 GMT), la policía
abrió de manera parcial el tráfico rodado en el área.
Decenas de rosas rojas, junto a carteles y postales de
recuerdo, fueron depositadas de manera espontánea en uno de los pilares del
metro elevado que sobrevuela el altar religioso de la representación tailandesa
del dios hindú Brahma, al que cada día acuden miles de fieles en busca de buena
fortuna.
“A pesar de la pérdidas de vidas extranjeras y locales por
este incidente queremos mostrar que Tailandia y Bangkok siguen siendo un lugar
seguro para los visitantes”, dijo a Efe Thapanee K, trabajadora del sector turístico,
tras colocar su ofrenda.
El primer ministro tailandés, el general golpista Prayuth
Chan-ocha, garantizó que las autoridades “perseguirán” al responsable de la
matanza e instó a la “unidad” del país antes de pedirle cautela frente a los
rumores diseminados por las redes sociales.
Más de 10.000 efectivos de seguridad han sido desplegados en
numerosos controles de seguridad y carretera, confirmó un portavoz de la junta
militar que rige la nación desde el 22 de mayo de 2014.
“Tailandia continúa siendo seguro para los turistas (…) Si fueran
necesarias mayores medidas de seguridad, como el despliegue de militares y
policías en las calles serán consideradas”, apuntó en rueda de prensa Norachit
Sinhaseni, secretario permanente del ministerio de Asuntos Exteriores, tras
reunirse con diplomáticos de 76 países con legaciones en el país.
“Este era uno de los lugares más pacíficos de Bangkok. Un
sitio de la Tailandia tradicional, afamado. No tengo miedo de estar aquí. He
venido muchas veces y te aseguro que volveré a pesar del ataque”, comentó a Efe
Michael Garrivet, un turista de nacionalidad francesa.
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