Ciudadana denuncia presuntas negligencias médicas y uso de quimioterapias genéricas en hospital público
Por Daniela Santana
Una ciudadana denunció, a través de un testimonio enviado en audio, una serie de presuntas negligencias médicas y prácticas inhumanas ocurridas durante el tratamiento oncológico de una amiga diagnosticada con cáncer de ovario, quien falleció cinco meses después de iniciar quimioterapia en un centro de salud público del país.
Según el relato, a la paciente se le administraron quimioterapias genéricas, bajo el argumento de que el Estado no contaba con presupuesto para adquirir medicamentos de alto costo. Como consecuencia, desde la primera sesión la paciente perdió la capacidad de caminar, y tras la quinta quimioterapia comenzó a sufrir convulsiones severas, al punto de morderse la lengua. De acuerdo con lo que les fue informado a los familiares, estas reacciones estarían asociadas a la baja calidad del medicamento suministrado.
La denunciante afirmó haber presenciado situaciones similares en la misma sala de internamiento, incluyendo el caso de una joven de poco más de 20 años con un tumor cerebral, quien también sufría convulsiones constantes tras recibir la misma quimioterapia. Además, relató que su amiga requería dos y hasta tres pintas de sangre semanalmente, ya que su organismo dejó de producir glóbulos rojos como consecuencia del tratamiento.
El testimonio también señala que, en la etapa final, la familia solicitó que se le administrara alimentación parenteral por vía intravenosa, debido a que la paciente ya no podía ingerir alimentos. Sin embargo, el personal médico habría negado el procedimiento alegando que la paciente estaba desahuciada y que el insumo era demasiado costoso para “desperdiciarlo”. Tampoco se les ofreció la opción de adquirir el medicamento por cuenta propia. La mujer falleció el 27 de septiembre, tras meses de deterioro físico y emocional.
Finalmente, la ciudadana narró que, antes de acceder al sistema de salud pública, la paciente fue sometida a una cirugía privada por un médico que solo pudo extirpar parte del tumor debido a la invasión de órganos vitales. Por este procedimiento, la familia pagó RD$17,000 al médico, además de casi RD$500,000 en costos de clínica, acumulando gastos que superaron los RD$1,500,000, agotando los ahorros familiares. Tras la operación, no recibió seguimiento adecuado por falta de recursos, situación que —según el testimonio— desencadenó el tratamiento posterior y su eventual fallecimiento.
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