Evo Morales, de presidente de Bolivia a jefe de campaña en un mes
La Paz, Bolivia.-
Evo Morales ha pasado en un mes de ser el presidente con más tiempo en el poder
en Bolivia a jefe de campaña de su partido, en treinta días que cambiaron la
historia reciente de su país.
Morales anunció el
pasado 10 de noviembre tras "trece años, nueve meses y 18 días" en el
poder su renuncia, denunciando un "golpe de Estado" para derrocarlo
tras haber sido declarado vencedor en las elecciones del 20 octubre para un
cuarto mandato seguido hasta 2025.
EL INFORME PREVIO
DE LA OEA
La madrugada del
domingo 10 de noviembre la Organización de Estados Americanos (OEA) emitió un
informe preliminar sobre "graves irregularidades" en aquellas
elecciones y sugería nuevos comicios.
A primera hora de
la mañana el todavía presidente aceptaba repetirlas, pero a lo largo del día su
Gobierno se iba desmoronando e incluso movimientos sociales que siempre le
habían apoyado le "sugerían" que pusiera fin a su etapa al frente de
Bolivia.
La Policía y las
Fuerzas Armadas se sumaron al pedido y en la tarde Morales apareció en
televisión para decir adiós, calificando la sugerencia de "golpe de
Estado", pues había sido proclamado vencedor en las urnas y en cualquier
caso su mandato en curso no terminaba hasta el 22 de enero de 2020.
TRÁNSITO AL NUEVO
GOBIERNO INTERINO
Bolivia se sumió
en un vacío de poder, ya que con Morales renunciaron todos los que podían
sucederle constitucionalmente.
Ni la Policía ni
las Fuerzas Armadas reclamaban el poder y el caos se extendía por el país,
hasta el punto de que los militares decidieron salir a las calles la noche del
lunes 11 en apoyo de unos policías desbordados por la violencia.
Esa misma noche
Morales abordó un avión enviado por el Gobierno de México rumbo a su asilo en
ese país.
Al final de la jornada
del 12 de noviembre la hasta entonces senadora de oposición Jeanine Áñez activó
la sucesión constitucional para asumir como presidenta interina hasta unas
nuevas elecciones.
Lo hizo en pocos
minutos en una sesión relámpago del Parlamento boliviano, casi vacío en
ausencia de la mayoría del Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales, aunque
avalada por una interpretación del Tribunal Constitucional para casos de vacío
de poder.
EVO MORALES DESDE
MÉXICO
El rol de Evo
Morales desde el asilo es un factor de divergencia entre México y el Gobierno
de transición de Bolivia, que denuncia sus permanentes manifestaciones sobre la
política boliviana en entrevistas, ruedas de prensa, conferencias y redes
sociales.
Morales no ha dejado de culpar de su
derrocamiento a un golpe de Estado "cívico", por protestas en su
contra de una parte de la sociedad boliviana, y "policial", pues
desde el 8 de noviembre crecían los motines contra él entre la Policía
Boliviana.
Además de
acusar a policías y militares de apoyar a un Gobierno "golpista" que
reprime a su pueblo, tras episodios cruentos aún sin esclarecer de civiles
muertos por disparos.
El Gobierno
interino de Bolivia advirtió en las palabras de Morales un intento de
desestabilización y sedición, denunciándolo ante la Fiscalía por supuesto
terrorismo.
MORALES
JEFE DE CAMPAÑA
Ese mismo
Ejecutivo transitorio y el partido del propio Morales acordaron una ley de
urgencia para agilizar una nueva cita electoral a comienzos de 2020, aún sin
fecha.
En este
contexto, el vínculo entre Morales y su partido el MAS se mantiene a pesar de
su condición de asilado, aunque ya no le tenga en cuenta como candidato.
Un congreso
extraordinario de su partido determinó el pasado sábado que será su jefe de
campaña electoral, algo que desde las redes sociales agradeció con un
"gracias por no abandonarme, yo siempre estaré con ustedes".
La decisión de
Morales será determinante en la elección del que será candidato a la
presidencia por el MAS.
El nombre de
su sucesor podría emerger entre nombres como los de Andrónico Rodríguez, un
joven líder cocalero, o los excancilleres bolivianos David Choquehuanca y Diego
Pary, que fueron sugeridos en esa gran reunión.
Los círculos
cercanos a Morales han revelado su intención de seguir su asilo en Argentina,
una vez que asuma la Presidencia Alberto Fernández, justamente este 10 de
diciembre.
Algo que
podría ser fundamental para cumplir el rol de jefe de campaña con más cercanía
a líderes sociales de Bolivia, e incluso regresar a su país, una posibilidad
que no ha descartado aunque pueda ser de riesgo ante las cuentas con la
Justicia que le reclaman sus sucesores en el poder. EFE
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