Duque asume la presidencia de Colombia con mira puesta en política de paz
Bogotá.- El derechista Iván Duque asumió ayer el poder en
Colombia con la promesa de endurecer la política de paz de su antecesor, y
lanzó una advertencia velada al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
En su discurso de posesión, que fue
replicado en las calles con marchas opositoras, el nuevo presidente se
comprometió a aplicar "correctivos" al pacto que condujo al desarme y
transformación en partido de la antigua guerrilla FARC el año pasado.
Al mismo tiempo anticipó que
impondrá nuevas condiciones de diálogo al ELN, la última guerrilla reconocida
oficialmente en Colombia.
"Desplegaremos correctivos
para asegurar a las víctimas verdad, justicia proporcional, reparación y no
repetición", afirmó el mandatario de 42 años.
El primer mensaje de Duque a los
colombianos que lo eligieron para un periodo de cuatro años el 17 de junio,
apuntó hacia la principal obra de gobierno de su antecesor, el nobel de Paz
Juan Manuel Santos.
Durante ocho años, Santos se empeñó
en terminar con más de medio siglo de un conflicto armado que deja ocho
millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.
Delfín del popular exmandatario y
senador Álvaro Uribe - investigado penalmente por la Corte Suprema -, Duque
aseguró que trabajará para acabar con las "divisiones falaces entre amigos
y enemigos de la paz", tras años de polarización por la política de su
antecesor.
También se enfocó en la lucha
contra la corrupción, prometiendo castigos más severos, y la "reactivación
económica" mediante el alivio tributario a las empresas que generen
empleos.
Además dio la bienvenida a la
conservadora Marta Lucía Ramírez, la primera mujer en ejercer la
vicepresidencia en el país. A su posesión asistieron diez jefes de Estado,
entre ellos los de Argentina, México, Chile y Bolivia.
- Oposición en la calle -
De manera simultánea, las fuerzas
de oposición se movilizaron en varios puntos del país para exigirle a Duque que
proteja a los líderes sociales tras el asesinato de 331 de ellos desde 2016, y
respete los compromisos de paz asumidos con la exguerrilla.
"Le estamos expresando al
nuevo gobierno, todas las fuerzas de oposición (...), que aquí hay un pueblo
que no resiste más la violación al derecho a la vida, que necesitamos que se
implemente correctamente el acuerdo" de paz, declaró a la AFP el exlíder
rebelde y legislador Marco Calarcá.
Aunque contará con mayoría en el
Congreso, el pupilo de Uribe enfrenta a una fortalecida oposición de izquierda
y de centro, que alcanzó su mayor representación en las legislativas de marzo.
En su primer pronunciamiento como
mandatario, Duque afirmó que recibe un país con "más de 300 líderes
sociales asesinados", con los narcocultivos en expansión (209.000
hectáreas en 2017) y varios focos de violencia.
En ese contexto, renovó su promesa
de corregir lo pactado con la antigua guerrilla aunque sin dar pistas concretas
sobre las modificaciones que introducirá al acuerdo que ha evitado 3.000
muertes al año y prevé reformas rurales y un sistema especial de justicia.
Apoyado por la ONU, el convenio
garantiza que los guerrilleros que confiesen sus crímenes, reparen a los
afectados y se comprometan a nunca más ejercer la violencia, reciban penas
alternativas de prisión.
En el pasado, Duque ha criticado
que los jefes rebeldes acusados de delitos atroces sigan ocupando uno de los
diez escaños que les reservó la paz firmada con Santos.
No obstante su anuncio, el jefe de
Estado aseguró que respetará lo acordado con la base guerrillera para que
tengan inserciones social y económica efectivas.
Mucho más directo se expresó con
respecto al futuro de las negociaciones en curso con el ELN.
"Quiero dejar absolutamente
claro, que un proceso creíble debe cimentarse en el cese total de acciones
criminales, con estricta supervisión internacional, y tiempos definidos",
afirmó
Con unos 1.500 combatientes, el
Ejército de Liberación Nacional (ELN) había expresado su intención de retomar
con Duque las negociaciones de paz que dejó sin concretar con Santos.
- Mensaje velado a Maduro -
En un discurso de conciliación
interna, Duque envió una advertencia velada al gobierno de Nicolás Maduro, al
que se ha referido siempre como una "dictadura".
Sin mencionar directamente a su
homólogo, afirmó que promoverá "la defensa de los valores
democráticos" y el rechazo y denuncia de "cualquier forma de
dictadura en el continente americano".
"Nuestra actitud no es
belicista, nuestra actitud es democrática y estaremos en todos los escenarios
internacionales defendiendo la Carta Democrática Interamericana", sostuvo.
Venezuela y el coletazo migratorio
por la crisis ocupan un lugar destacado en los retos que le esperan al novel
mandatario, además de los líos judiciales de Uribe, quien deberá rendir
indagatoria por soborno y fraude procesal, lo que complica su liderazgo en el
Senado.
Bajo la administración de Santos,
Bogotá prácticamente congeló todas sus relaciones con Caracas y pasó a liderar
la campaña internacional que condena la "dictadura de Maduro" y pide
un cambio pacífico de régimen.
El líder venezolano involucró a
Santos en un supuesto plan para asesinarlo el sábado mediante drones con
explosivos, una acusación que Bogotá negó tajantemente.
Se calcula oficialmente que unos
820.000 venezolanos han sido regularizados o están en ese proceso en territorio
colombiano, tras huir de la crisis económica en su país.
CONTROVERSIA POR EL DISCURSO DEL
JEFE SENADO El discurso del presidente del Senado de Colombia, Ernesto Macías,
durante la ceremonia de investidura de Iván Duque causó polémica en el país por
su contenido crítico con el exmandatario Juan Manuel Santos y por la
contradicción que supone frente al llamado a la unidad hecho por el nuevo jefe
de Estado. Macías habló por casi treinta minutos, tiempo que aprovechó para
juzgar las políticas de Santos, elogiar al expresidente Álvaro Uribe Vélez y,
por último, felicitar a Duque. AFP
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