El 14 de Junio: la memoria del heroísmo expedicionario en la lucha antitrujillista
Nada
describe mejor su valentía como el himno que evoca a la “Raza Inmortal”:
“Llegaron llenos de patriotismo, enamorados de un puro ideal. Y con su sangre
noble encendieron, la llama augusta de la libertad”.
La
expedición que partió de Cuba el 14 de junio de 1959, hace hoy 58 años, se
inmoló contra el régimen que dirigía Rafael L. Trujillo Molina, el hombre que
durante 31 años sojuzgó al país (1930-1961).
Los 198
expedicionarios eran un mosaico de nacionalidades: 153 dominicanos, 22 cubanos,
13 venezolanos, 5 puertorriqueños, 2 españoles, 2 estadounidenses y un
guatemalteco.
Llegaron
divididos en tres: un avión con 56 hombres, y dos yates con 144. La aeronave,
pilotada por el venezolano Julio César Rodríguez llevaba las insignias de la
Fuerza Aérea Dominicana para confundir a los guardias trujillistas.
El avión
llegó a Constanza el domingo 14 de junio de 1959, a sugerencia del capitán
piloto Juan de Dios Ventura Simó, quien pocas semanas antes había abandonado
las fuerzas militares dominicanas para incorporarse al exilio antitrujillista.
Ventura Simó
sugirió Constanza, después que se barajó la posibilidad de hacerlo en San Juan.
El descenso
fue bastante forzoso, pues los expedicionarios enfrentaron a fuerzas del orden
y tuvieron que usar una especie de tabla para poder abandonar el avión. La
aeronave regresó a Cuba, llevando consigo al piloto y al copiloto.
El grupo se
dividió en dos: uno encabezado por Enrique Jimenes Moya, quien era el
Comandante en Jefe de la expedición; y otro dirigido por el cubano Delio Gómez
Ochoa. El primero tenía 34 hombres y el segundo 20.
Mientras
tanto, las embarcaciones Carmen Elsa y Tínima enfrentaron serias dificultades.
Ambas debían arribar simultáneamente con el avión, para abrir tres frentes
guerrilleros. Sin embargo, fueron saboteadas y se retrasaron.
La Carmen
Elsa iba dirigida por José Horacio Rodríguez, hijo del antitrujillista Juancito
Rodríguez García y quien había participado diez años antes en la organización
de la expedición que llegó por Luperón, Puerto Plata.
El timonel
lo era Stelio Bellelis, alias “El Griego”, quien boicoteó el yate y provocó un
retraso en los planes expedicionarios. Estos tuvieron que ser socorridos por
embarcaciones cubanas, y 22 de ellos tuvieron que volver a Cuba. La Carmen Elsa
fue reparada por el marinero dominicano José Messón, quien luego sufriría
horribles torturas. Finalmente, desembarcó por Maimón el 20 de junio.
La Tínima
estaba comandada por José Antonio Martínez Campos (“Toñito”), y también sufrió
un gran retraso. Tras una agotadora peripecia, pudo desembarcar en Estero
Hondo.
Exterminio y
sobrevivientes. Los expedicionarios eran delatados por campesinos de las zonas
por donde se movían.
Así, fueron
apresados, torturados y ultimados. Solo seis pudieron sobrevivir: los
dominicanos Poncio Rafael Pou Saleta, Mayobanex Vargas y Vargas, Gonzalo
Almonte Pacheco y Francisco Medardo Germán, y los cubanos Delio Gómez Ochoa y
Pablito Mirabal.
Mirabal tuvo
una muerte curiosa, años después en su país: un rayo lo calcinó, atraído por
sus botas.
Programa de
liberación. Los expedicionarios traían un programa de liberación política,
social y económica.
Enarbolaban
la libertad política y la justicia social, tras el triunfo de la Revolución
cubana, el 1 de enero de 1959, encabezada por el comandante Fidel Castro.
Así pues, se
proponían erradicar la dictadura trujillista, emancipar a la población
explotada e implementar una reforma agraria profunda, en procura del bienestar
colectivo.
Además,
buscaban establecer un esquema de democracia representativa y el “sistema de
convivencia pacífica y mutua ayuda”. También, “fomentar las mejores relaciones
con los demás pueblos, basadas en la comprensión y el mutuo respeto que inspira
la igualdad jurídica de los Estados y la libre determinación de los pueblos”.
Ese
programa, según algunos, está plenamente vigente y hace falta rescatar su
esencia, para eliminar las plagas que afectan el desarrollo nacional.
Inspiración.
El sacrificio heroico de los expedicionarios, conocidos como la “Raza
Inmortal”, inspiró a un grupo de jóvenes que formaron el Movimiento 1J4, con su
líder Manolo Tavárez Justo.
Fuente:www.hoy.com.do
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