No hay cupos, alta demanda limita acogida en hogares
El Estado
cuenta con 29 hogares de ancianos o residencias permanentes diseminados en la
capital y algunas provincias, que albergan a 1,147 envejecientes. A la fecha, alrededor de 15 provincias
carecen de estos servicios.
Estas
residencias reciben entre RD$30,000 y
RD$270,000 mensuales en subvención, dependiendo de su capacidad.
La mayoría
son dirigidos por religiosas que durante años han librado batallas para
mantenerlos a flote, debido a las históricas limitaciones económicas con que
operan.
De ahí que
encontrar cupos en uno de estos hogares es cada vez más difícil para las
familias de escasos recursos. “No hay cupo, manténgase viniendo hasta ver”, es
un consejo muy común en estos centros.
Una muestra de esto lo constituye el Hogar San
Francisco de Asís, el centro de referencia para este tipo de servicio en la
capital. Allí viven 300 envejecientes, muchos de ellos desligados de sus familias,
por lo que el costo de la atención depende del hogar. Con frecuencia son abandonados en su puerta
adultos mayores, como “una presión estratégica” para que sean acogidos.
29 centros
A nivel
estatal, República Dominicana cuenta 29 hogares de ancianos o residencias
permanentes y 30 hogares diurnos. En
conjunto cubren una población de 2,106 adultos mayores, bajo la dirección desde
el 2015 del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape), cuyo
presupuesto general para este año es de
RD$380 millones.
En el
sistema hacen vida unas 11 Organizaciones No gubernamentales (ONG) que reciben
subsidios para desarrollar programas a
favor del adulto mayor. Existen, además,
residencias geriátricas privadas y han empezado a proliferar servicios médicos domiciliarios
privados, que incluyen visitas de especialistas o geriatras, servicios de
enfermería y de laboratorio clínico.
“VIVO EN CONSTANTE ESTRÉS”
De las
dificultades de acceso sabe muy bien María (nombre ficticio a solicitud de la
protagonista), quien tiene sus dos padres envejecientes y enfermos, y cuyo
sustento en alimento y medicina depende de su sueldo como secretaria y la pensión de RD$5,000
mensuales que recibe su padre. Dice que sólo en medicamentos su papá requiere
de RD$12,000 y otra cifra similar se debe destinar a la madre que padece de Alzheimer, entre otras
complicaciones.
“No tengo
para pagar una persona que los cuide de manera permanente, con frecuencia
recibo en mi trabajo llamadas de los vecinos diciéndome que uno de los dos se
ha puesto malo y tengo que salir corriendo. La verdad que eso te da estrés y te
quita la paz”, lamenta.
Dice que ha
querido buscar espacio en hogares de ancianos del Estado para su madre, que es
la que mayor vigilancia requiere, pero en todos ha recibido la misma
respuesta, de que no hay cupo.
“Fui al San Francisco de Asís, me reuní con la
monjita, le expliqué la situación y me dijo que me mantenga asistiendo porque
no hay cupo. Llamé a otros cuatro y me dicen lo mismo. De comparona he llamado
a hogares privados y los costos, hacen imposible esa posibilidad”, narra.
Explica que su madre
de 70 años tiene Alzheimer, enfermedad que desarrolló luego de una
fuerte depresión tras la muerte repentina de una de sus hijas, entre otras
complicaciones que les obligan a usar incluso pañales desechables, y su padre,
a quien define como un volcán en materia de salud, tiene
76 años, está ciego, hipertenso,
sufrió trombosis, es asmático y presenta flebitis.
Viven
en la casa paterna, donde ella le paga a
una persona para que le cocine; otra de
sus hermanas, enferma de lupus, acude interdiario a atenderlos, pero cuando
tiene la defensa muy baja no puede ir;
su otra hermana acaba de recién graduarse y su hermano es buhonero, por lo que no
tienen recursos económicos para pagar una atención permanente.
PRESUPUESTO EN CENTROS
Inversión
De acuerdo a
estudios hechos por el Conape, la inversión mensual en cada adulto mayor que
vive en un hogar de anciano permanente se estima en un promedio de RD$15,000, mientras en los atendidos en los
hogares diurnos es de RD$7,000 mensuales, sin contar con otras inversiones que se
hacen a estos centros, incluyendo donaciones.
Sus datos
indican que en suministro para los 29 hogares permanentes Conape destina RD$6.5
millones en nómina para el pago de los 437 empleados, unos RD$7.5 millones, para una inversión general
mensual de RD$14.7 millones, equivalente a unos RD$183 millones mensuales.
El costo por
envejeciente ronda entre los RD$5,000 y RD$33,000 para un promedio mensual de
RD$15,000. El costo anual por envejeciente estimado por Conape va entre los
RD$57,000 y los RD$425,000.
Nathalie
María, directora del Conape, reconoce
las limitaciones que todavía mantienen esos servicios, aunque considera
incuantificable la inversión que se
hace.
Explica que
el presupuesto que recibe trasferido del Ministerio de Salud Pública en un 80% va dirigido al pago de nómina del personal
que labora en esos hogares, pero que ahora el Conape está haciendo otras
acciones a favor de la población
envejeciente.
Cambios
La directora
de Conape reveló que en el diagnóstico que se hizo tras recibir la
transferencia de esos hogares, que anteriormente estaban bajo la
responsabilidad del Ministerio de Salud Pública, se determinó que tenían
infraestructura deteriorada y personal con horarios desorganizados.
Ante esa realidad, asegura, se empezó a trabajar con la capacitación del personal, que era una
de las debilidades encontratadas. Se ha
querido cambiar la imagen de pedir ayudas, y que se vea como una
responsabilidad del gobierno.
“Vimos casos
de un centro que podía tener 20 envejecientes y 25 personas nombradas”,
destaca, tras señalar que se ha estado reubicando personal de acuerdo a las
necesidades.
Licencia para cuidar
Conape tiene
en carpera, de acuerdo a su directora, hacer inversión en la capacitación del
personal. “Aspiramos a que los cuidadores de las casas tengan capacitación y
licencia, que sería emitida por Conape y que toda persona que cuide un adulto
mayor sea en la casa, en los hogares, en
Haras Nacionales deberá tener esa licencia”.
Fuente:www.listindiario.com
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