Hipólito dice dominicanos tienen miedo de salir a las calles por delincuencia
El
expresidente Hipólito Mejía (2000-2004) respaldó ayer el Sermón de las Siete
Palabras pronunciado el Viernes Santo por la Iglesia Católica, al considerar
que los dominicanos sienten temor de salir a las calles por la alta cifra de
hechos delincuenciales que existe en el país.
“La Iglesia Católica tocó una fibra
particularmente sensible de nuestra realidad como país. En efecto, nuestra
gente tiene miedo de salir a las calles por la amenaza que representan los
delincuentes. Ese temor también lo sentimos hasta cuando estamos en nuestros
hogares”, expresó Mejía en un comunicado emitido por el Partido Revolucionario
Moderno (PRM).
Asimismo,
Mejía denunció que “la falta de autoridad
es una de las preocupaciones fundamentales de la sociedad dominicana de hoy”.
El
exmandatario critica que el hecho de que
algunos miembros de la Policía Nacional sean protectores de la delincuencia,
aumenta la sensación de indefensión que siente la ciudadanía.
“Frente a
ese drama, la actitud que debemos asumir los cristianos es comprometernos para
enfrentar sus causas. Y predicar con ejemplo en la vida cotidiana. El trabajo
honesto, el apego a las leyes, y amor al prójimo deben ser elementos esenciales de ese ejemplo de vida”,
recomienda Mejía.
A continuación texto íntegro de
Hipólito Mejía:
En su más
reciente Sermón de las Siete Palabras, pronunciado el pasado Viernes Santo, la
Iglesia Católica tocó temas importantes que inciden directamente en la vida de
nuestra población.
Al referirse a la inseguridad ciudadana, la
Iglesia Católica tocó una fibra particularmente sensible de nuestra realidad
como país. En efecto, nuestra gente tiene miedo de salir a las calles por la
amenaza que representan los delincuentes. Ese temor también lo sentimos hasta
cuando estamos en nuestros hogares.
La falta de
autoridad es una de las preocupaciones fundamentales de la sociedad dominicana
de hoy.
El hecho de
que algunos miembros de la Policía Nacional sean protectores de la delincuencia
aumenta la sensación de indefensión que sentimos todos.
La
corrupción, como bien destaca la iglesia, está directamente vinculada a la
obsesión por el poder que impera en nuestro país. Duele ver que una parte
importante del funcionariado oficial hace gala de un poder económico acumulado
con prácticas violatorias a la ley. Esa obsesión con el poder es estimulada por
el régimen de impunidad que existe en nuestro país.
Esa
exhibición de riqueza mal habida, como bien dice la iglesia, contrasta con la
pobreza que afecta a una buena parte de nuestra población. Desde el oficialismo se entiende que el
clientelismo en la respuesta al drama de la pobreza. Lo cierto es que la única
forma de enfrentar con éxito la pobreza es creando riquezas, distribuyéndolas
con equidad, invirtiendo en educación, y mejorando la calidad de vida de
nuestra gente.
Frente a ese
drama, la actitud que debemos asumir los cristianos es comprometernos para
enfrentar sus causas. Y predicar con ejemplo en la vida cotidiana. El trabajo
honesto, el apego a las leyes, y amor al prójimo deben ser elementos esenciales de ese ejemplo de vida.
Fuente:www.listindiario.com
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